Este artista creció amando los arrecifes de Malasia lo que despertó en él un profundo amor y fascinación por el mar y, en general, por el mundo natural. Ello le llevó a trabajar varios años como instructor de buceo desarrollando así, un gran interés por la conservación del mundo subacuático y su fotografía.
Durante su adolescencia trabajó como graffitero centrándose en la relación del arte con el medio ambiente. Se graduó en 1998 en el Instituto de Artes de Londres, con Mención de Honor en Escultura y Cerámica. Más tarde, la experiencia en la catedral de Canterbury le enseñó las técnicas tradicionales de la talla en piedra, mientras que cinco años trabajando en escenografía y montando instalaciones para conciertos le acercarón a la realización de proyectos a gran escala.
Con estas diferentes experiencias Jason adquirió las habilidades necesarias para llevar a cabo su obra, esculturas sumergidas a modo de arrecifes artificiales.
En el agua hay variables que en la tierra no se tienen en cuenta, los objetos parecen más grandes, la iluminación procede de la superficie produciendo efectos caleidoscópicos, por ello, el espectador puede percibir la misma obra con matices diferente dependiendo de todos esos factores. A esto se le une el efecto impredecible que puede tener sobre las esculturas el pólipo responsable de la formación de corales, de esta forma las esculturas se encuentran en una transformación constante.
Más información en http://www.underwateraculpture.com